No hay ideas geniales – EL LIBRO

Durante estos últimos meses, muchos de vosotros me habéis estado preguntando si la frecuencia de entradas en mi blog había disminuído frente a 2015…

Ha llegado el momento de que os cuente un pequeño secretito en el que he estado trabajando. Tras todo vuestro ánimo recibido, he decidido lanzarme y crear un libro (que yo llamo «de antiayuda») para estudiantes, becarios, recién graduados, jóvenes profesionales, buscadores intensivos de trabajo, expatriados y millennials que seguimos buscando nuestros sueños.

«No hay ideas geniales» recoge experiencias y reflexiones alrededor del mundo acerca de esta locura que algunos llaman realidad y en la que todos luchamos por mantenernos a flote.

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La semilla de este libro ha sido el blog, pero realmente ha ido creciendo gracias a millones de conversaciones que he tenido lo largo de los últimos cinco años con amigos, conocidos y soñadores de proyectos imposibles. Y, sobre todo, ha sido impulsado por el momento en el que, frente a una caña o un café, hablando de nuestros problemas, alguien ha nombrado una de las frases de mi blog…  Ese instante ha sido la chispa que ha encendido la mecha y me ha dado la motivación para llevarlo a cabo.

Y, por eso, tú puedes ser parte del proyecto: he creado un crowd-funding en el que puedes colaborar con la cantidad que tú prefieras y si juntos conseguimos llegar a la cantidad mínima fijada de de 300 euros (para tasas y gastos de distribución), te haré llegar una copia del libro en el formato que tú elijas (digital o papel). Y, por supuesto, mi agradecimiento de por vida.

LINK DEL CROWDFUNDING.

Y recuerda…

«No deberíamos permitirnos desaprovechar los años en que somos más guapos, estamos más sanos y tenemos más energía en preocuparnos por problemas que no existen, gente que no nos quiere y cosas que no necesitamos».

Muchas gracias y mucho amor.

MARTA.

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La chispa que te falta.

¿Has oído hablar alguna vez del triángulo de fuego?

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Hablemos de ciencia: para que un fuego pueda tener lugar, debe cumplirse lo que se denomina el «triángulo de fuego».  Este polígono está formado por tres vértices que son necesarios para que una llama sea generada y se mantenga. Estos tres elementos son el comburente, el combustible y la fuente de ignición. O, lo que es lo mismo, oxígeno, algo pueda arder y una chispa.

Si uno de los tres elementos está ausente, la llama nunca arderá. E incluso si un fuego está encendido, al eliminar uno de estos tres componentes éste se extinguirá.

Una forma sencilla de entenderlo es pensar en cuando se tiene una vela encendida y se tapa con un vaso boca abajo: al acabarse el oxígeno no se tiene el triángulo completo y la llama se apaga.

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Este sencillo proceso físico-químico conlleva más metáfora de la que en un principio puede parecer, ya que cada situación a la que nos enfrentamos en la vida lleva consigo su fuego particular.

Esa meta que te has propuesto conseguir es un pequeño fuego dentro de ti. Aquello que tienes en tu mente mientras haces las actividades cotidianas obligatorias son llamas que siguen encedidas. Y el sueño que te hace levantarte dela cama día tras día es la chispa que te hace seguir queriendo seguir adelante.

En todas esas ocasiones hay un triángulo de fuego frágil y simétrico, el cual se desmoronará si retiras uno de sus lados. Sin embargo, los vértices no son la chispa, el combustible y el oxígeno (aunque dime tú si puedes seguir sobreviviendo si no tienes oxígeno…). En el caso de los problemas cotidianos, los vértices son la prepración, la proactividad y las pelotas.Para que sea más fácil recordarlos, sólo tienes que pensar en las tres P´s.

PREPARACIÓN.

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El primero es la preparación. Es el que más tiempo y esfuerzo lleva, sin embargo, es el que mejor se le da a la mayoría de la gente. Curioso, ¿no?

La razón es porque es bastante obvio, y lo tenemos interiorizado. Para conseguir algo sabemos que tenemos que prepararnos. Por ejemplo, si tú sueño es ser médico, tienes que estudiar medicina. Suena razonable. O si tu sueño es irte a vivir a China, tendrá sentido que empieces a estudiar chino. Y así con todo.

Hay que tener en cuenta que la preparación es una ganancia temporal, no permanente. Es decir, que si tardamos demasiado en conseguir las otras dos P´s tendremos que seguir preparándonos hasta volver al estado en el que el triángulo no se desmorona.

Y la preparación, aunque constituye un 80% de la consecución del objetivo, es la parte que menos tardamos en cubrir. Para conseguir el último 20% hace falta conseguir lo más difícil, que es cumplir también las otras dos P´s.

PROACTIVIDAD.

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El segundo es la proactividad. Ésta se define como tu actitud para anticiparte a los acontecimientos de forma activa. Es decir, que no vale con que te prepares hasta que llegues a ser el mejor en lo tuyo y te dediques a esperar. Porque por muy preparado que estés para la llegada de tu momento glorioso, éste no va a aparecerse de repente e ir a buscarte, sino que vas a tener que ir tú a su puerta.

Por eso, lamentablemente nadie va a preocuparse de que cumplas tus sueños, ya que cada persona está demasiado ocupada intentando cumplir los suyos propios. Piénsalo, es lo normal. Y tú, como dueño de tu destino, vas a tener que luchar por lo que quieres y dar el primer paso. Porque si no, nunca va a ocurrir.

¿Quieres hacer unas prácticas de verano? Sacrifica un rato de salir, siéntate enfrente del ordenador y ponte a enviar solicitudes. ¿Quieres que se te dé una oportunidad en el nuevo proyecto de tu oficina? Levanta el culo y díselo a tu jefe. ¿Quieres conocer mejor a esa chica a la que no puedes dejar de mirar? Pues no te esperes a que ella dé el primer paso, no vaya a ser que ella sea tan poco proactiva como tú y os quedéis con las ganas.

PELOTAS.

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La última P son las pelotas. Y la he llamado “pelotas” porque “cojones” no empieza por P. Pero a efectos prácticos es lo mismo. Y, básicamente, viene a decir que no tengas miedo.

Este elemento varía mucho de una persona a otra y tiene un gran componente emocional. Pero el miedo es común a todos: es una reacción humana que surge ante lo desconocido y nos pone alerta. Es decir, que ante una realidad nueva el miedo nos dice:

“Hey, que esto es nuevo. Voy a poner tu sistema de defensa en alerta máxima para que puedas enfrentarte a la situación lo mejor posible”.

Sin embargo, muchas veces esta ayuda que no hemos pedido nos sobrepasa, nos asusta y nos hace meternos debajo de una mesa en posición fetal con las rodillas entre los brazos. O, en otros casos, escondernos debajo del edredón y decidir no salir hasta que todo haya vuelto a la normalidad.

Así como algunas veces el miedo surge ante una nueva realidad, otras brota de los riesgos que nuestro objetivo tiene. Quieres dejar tu trabajo y lanzar esa empresa con la que tanto tiempo llevas soñando, pero… ¿Y si fracasas? ¿Y si pierdes todos tus ahorros que tanto te ha costado conseguir? ¿Y si ninguna empresa vuelve a contratarte nunca? ¿Y si te cae un rayo en medio de la calle y te parte en dos?

El miedo puede llegar a paralizarnos e impedirnos conseguir lo que queremos. Pero, una verdad universal es que cada vez que tengas que tomar una decisión hay algo que vas a ganar y algo que vas a perder. Porque si con alguna de las opciones no perdieses nada, no habría ninguna decisión que tomar.

Así que, tenlo claro: con todas las decisiones que tomes en tu vida vas a perder algo. Y todas las que cosas que vayan a merecer la pena van a conllevar un riesgo no controlado. Así que, para que el triángulo no se desmorone, vas a tener que echarle pelotas.

Y ahora, piénsalo… ¿Te está faltando alguno de estos tres elementos? No te preocupes y sigue luchando. Recuerda que, como una vez unos héroes dijeron en medio del silencio: «Todo arde, si se le aplica la chispa adecuada».

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